8 de septiembre de 2010

El señor de las crispetas: The expendables

Hoy les presentamos en Ramdom Films a un invitado. Cuentan en Cali, Colombia, que ha salido hace poco de rehabilitación por sobredosis de pochoclo. Viene de tierras calientes:  Sepan disculpar sus exabruptos. Y disfruten. Con ustedes, El Señor de las Crispetas y The Expendables.

The expendables por El Increíble Señor de las Crispetas


The expendables; o sea los fungibles/prescindibles, o sea los objetos gastables de suministro; es una película de acción. Una película con todos los juguetes: bala, pelea, pura metralla, bombas, tipos hechos muñeco por todas partes, etc. Para completar la imagen - queriéndoselas dar de retro- le mete un conflicto por allá en un país de Centroamérica, con el típico dictador mezcla de Fidel Castro y Hugo Chávez y medio loco. Ah! y además con una hija de dictador guerrillera. Y como siempre metidos en la sopa las empresas corruptas que ganan dinero acabando pueblitos y contaminando.

Con los ingredientes en la olla, los matones ya tienen listo para pintura el plan para salir a metrallear. Sylvester Stallone (Sly pa los de combo) hizo lo que se le dió la gana (y lo que el billete le dio) con su película, hace pasar el rato y uno pasa por encima las actuaciones ficticias, diálogos arrulladores y por ahi de vez en cuando se ve alguna línea irónica relacionada con los actores que la interpretan. Se hizo una película con gusto ochentero que por esa misma razón atrasa.

Uno no sabe de dónde salieron los matones, porqué camellan de esa forma, cómo consiguen los juguetes para el trabajo. No se sabe es nada de sus vidas: no importa porqué lo que se va a buscar es el poco de tiros, las explosiones, los pueblos arrasados, las peleas a cuchillo limpio.

Con un dejo, pero nada que ver, de las películas de artes marciales chinas uno puede ver en las escenas de pelea; con cortes sobre los golpes y una utilización de los planos que vuelve frenética cada ocasión en que los matones enfrentan al malo de la película.

Fuera de esto, una historia chiquita que medio se sostiene con la nostalgia de los fanáticos. Ver The expendables es como mirar un partido de futbolistas retirados. Uno sabe que esos jugadores están chonchos, fuera de estado, ya no llegan a los balones que antes sí; pero con todo y eso fueron ídolos.

Entonces, los hinchas de ese equipo que medio se sostiene en la cancha no creeran en Poncio de los felices que están por volverlos a ver. No más por eso los fanáticos del género disfrutaran con esta cinta.

Si le gusta la bala y el visaje digamos que 8/10 kilos de crispetas

Si no le gusta la acción pongamosle 4/10 kilos de crispetas

Y entonces nos da un 6/10 kilos de crispetas

Por ahi uno la pondría entre 2 VHS: una copia chiviada de Depredador y un original de Cobra comprado en una segunda de videoclub.


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